Se trata, dicen los comisarios, “de una silueta vinculada con el arte, y una silueta reaccionaria que adoptan los japoneses y belgas como opción a las prendas de «lycra» de Gianni Versace y Azzedine Alaïa”. Dicen que la obsesión por esconder el cuerpo y buscar otras zonas de seducción, de los diseñadores de moda japoneses y belgas, “como la nuca, la espalda e incluso las muñecas” surge de esta obsesión común por la silueta. Pues no.
Los diseñadores de moda se consideran creadores de tendencias pues constantemente promueven nuevos contextos creativos desde una visión Europea donde la silueta se forma en torno al cuerpo femenino. Los estudiantes de moda en Europa deben pensar que todo movimiento artístico surge en contra de o en apoyo de esta línea de pensamiento occidental donde la silueta «ensalza» o «esconde» la forma de la mujer. Pero he de decir que el resto del mundo tiene una historia propia y una manera de crear moda que nada tiene que ver con estar a favor de, o no, de la silueta femenina.
Los diseñadores orientales también promueven nuevos contextos creativos desde su cultura, su filosofía de vida y su historia donde es el cuerpo el que se adapta a la forma y no al revés. Una intelectualización de la creación de moda que los estudiantes europeos muchas veces no son capaces de comprender por puro desconocimiento.
Oriente hay que vivirlo y estudiarlo a nivel de moda como un continente totalmente ajeno a Europa. Esto es como la historia donde la economía siempre esta contada por los ricos, en nuestro caso la historia de la moda siempre está contada por Europa.
“La silueta es la base de un vestido» más allá de tejidos y colores, dice el comisario José Luis Díez Garde.
La idea de que la base de un vestido, la base de la moda, es la silueta es sencillamente simplista. La diferencia entre la concepción de cuerpo y moda de la mayoría de diseñadores japoneses respecto a los creadores occidentales es muy diferente. Cuando Europa estaba preocupado por una concepción de cuerpo y de belleza basada en la silueta. Issey Miyake creaba las telas poniendo así de manifiesto la dominación de la técnica textil y la manipulación de nuevos materiales como origen de la innovación de los patrones y cortes. La deconstrucción de las prendas, cuyo máximo referente sigue siendo Kawakubo, o el minimalismo con Yamamoto a la cabeza, sólo son posibles de la mano de un exquisito trabajo de patronaje, además del corte, manipulación y modelaje de las telas después.
Yohji Yamamoto presentaba al mundo modelos negros y minimalistas y Rei Kawakubo, experta en la deconstrucción, ofrecía prendas hechas con telas que parecían gastadas, ajadas o rotas, que consiguieron el adjetivo de Hiroshima chic, o simplemente tratadas como “prendas post-atómicas”.
Es lo que se empezó a conocer como una belleza futurista, y marcó una verdadera revolución y una sacudida en los pilares de la moda europea hasta ese momento.
Una sacudida intelectual captada e interpretada a su manera en Europa por los afamados Seis de Amberes: Dries van Noten, Ann Demeulemeester, Dirk Van Saene, Walter Van Beirendonck, Dirk Bikkembergs y Marina Yee se graduaron todos ellos entre 1980 y 1981 en el Departamento de Moda de la Real Academia de Bellas Artes de Amberes. El conjunto de diseñadores belgas presentaban una visión de la moda radicalmente distinta durante los años 80. Trabajaban el diseño experimental desde conceptos futurísticos de la moda más teatrales, con un enfoque totalmente artístico y un estilo orgánicamente incorrecto. Su identidad artística es tan revolucionaria que no sólo se trata de entenderla si no de atreverse a portarla.
El otro día visité la exposición de moda El Cuerpo Inventado, donde pueden verse un total de 78 vestidos y trajes, veinte de ellos icónicos, que proceden de distintos museos y colecciones privadas, y se enmarca en la agenda de Madrid capital de moda, iniciativa del Ayuntamiento de Madrid, que subvenciona actividades que sacan la moda a la calle para que Madrid sea un destino atractivo en el que pasen cosas para potenciar el turismo de compras.
El otro día visité la exposición de moda El Cuerpo Inventado, donde pueden verse un total de 78 vestidos y trajes, veinte de ellos icónicos, que proceden de distintos museos y colecciones privadas, y se enmarca en la agenda de Madrid capital de moda, iniciativa del Ayuntamiento de Madrid, que subvenciona actividades que sacan la moda a la calle para que Madrid sea un destino atractivo en el que pasen cosas para potenciar el turismo de compras.
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Financiado por el ministerio de industria, comercio y turismo
Financiado por la Unión Europea – Next Generation EU
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